D'Orazio, como era comúnmente (y cariñosamente) conocido, tenía 97 años de edad, había vivido la mayor parte de su vida en la Casa General y sólo el pasado junio celebró su 75 aniversario de la profesión religiosa.

 

Tuvo un vínculo fraternal con el actual Superior general, el P. Louis Lougen, que celebró la Misa vespertina en la Capilla con D'Orazio, a petición de éste, menos de 12 horas antes de su muerte. D'Orazio entonces se unió a la comunidad para la comida de la noche a pesar de haber estado bastante enfermo durante algunos días - nadie, excepto él tal vez se dio cuenta de cómo estaba cerca la muerte. Llegó pacíficamente en las pequeñas horas pequenitas ...

 

Las Hermanas Maristas que han vivido en Roma lo recordarán por su alegre y cálido saludo cuando asistimos a la Misa dominical o lo encontramos en la calle. Aleluya,  il nostro carissimo fratello!