Alexius Hanson

Hermanas fallecidas

Alexius Hanson - Reino Unido
01/09/1918 - 28/07/2021

Kathleen Hanson nació en Salford, Manchester, Inglaterra, de padres irlandeses, James y Brigid Hanson. Cuando la familia se trasladó a Irlanda, Kathleen asistió a la escuela primaria local de Elphin, Co. Roscommon con las Hermanas de la Misericordia. Para su educación secundaria volvió a Inglaterra, a la nueva escuela secundaria marista de Peckham. Esta escuela se había convertido también en una casa de noviciado, la primera de la provincia anglo-irlandesa de las Hermanas Maristas. Fue allí donde Kathleen entró en la vida religiosa y desde entonces se la conoció como hermana Alexius. Para su formación como maestra, fue al Training College de Southampton, donde se tituló con unas notas brillantes después de dos años, en 1943. Fue un "pasaporte para su carrera de maestra". Su primer trabajo como profesora cualificada fue en St Bede's Tottenham, Londres, donde recibió grandes elogios por todos los aspectos de la educación, tanto religiosa como laica. "Sustituirla será una perspectiva desalentadora" fue la respuesta del Presidente del Consejo de Administración cuando se enteró de que se iba.

La hermana Alexius hizo su profesión perpetua el 15 de agosto de 1943 en Ottery y su segundo noviciado en junio de 1962, en Tubbercurry. A partir de 1945, la Hermana Alexius aportó alegría y profesionalidad a todas las casas y colegios a los que fue enviada: Ottery, Hythe, West Byfleet, Nympsfield, Sunninghill y el Santuario Nacional de Nuestra Señora en Walsingham. Pasó algunos trimestres en algunos de estos lugares y siempre con un corazón generoso, a pesar de las dificultades que, en ocasiones, tuvo que enfrentar. Hizo realidad el carisma marista.

A lo largo de su ministerio docente, Alexius se mantuvo al día en todas las materias, evaluando las nuevas tendencias y desarrollos y ajustándose en consecuencia. Era una profesora muy creativa, que fomentaba el aprendizaje práctico. Mientras los ordenadores iban apareciendo poco a poco en las escuelas primarias, ella hacía que los alumnos conocieran las bibliotecas y los recursos locales que tenían a mano para sus investigaciones. Les animaba y guiaba para que utilizaran todo su potencial. La aplicación a la tarea y el trabajo bien presentado eran muy importantes, esperados y valorados.

La Hna. Alexius trabajaba principalmente con los alumnos de los cursos superiores, pero siempre que se le planteaba la necesidad -un profesor para los niños más pequeños, la dirección de la escuela o el líder de la comunidad- se ponía a disposición y daba lo mejor de sí misma. Todo lo que le caía en las manos le venía del Señor y lo aceptaba como tal. No conocía la palabra "jubilación" e incluso cuando se "retiró" oficialmente y a regañadientes a Nympsfield, se mantuvo muy activa -visitando a los enfermos, llevando la Santa Comunión y visitando la Residencia local. Se mantuvo muy activa y fue muy valorada en la vida del pueblo.

Para la hermana Alexius, su espiritualidad impregnaba todos los aspectos de su vida y su trabajo. Se ganaba el respeto de los adultos y de los niños dondequiera que estuviera: en el aula, en la sala de profesores o en el patio de recreo. Esta cualidad especial suya ha sido notada y apreciada por muchos a lo largo de su vida. Disfrutó especialmente de su año espiritual en Regina Mundi 1980-81 y le encantaba recordar los paseos por los hermosos jardines de Roma.

Los alumnos respondían igualmente a ella, ya fuera preparando una misa en el aula o en la clase de teatro preparando una escena para la siguiente producción dramática. Se relacionaba con todos y cada uno con respeto y facilidad. Verdadera educadora, sacaba lo mejor de cada uno. Al enterarse de su muerte, una antigua alumna escribió

Siempre recordaré a la Hermana Alexius con gran cariño como mi directora y profesora de clase... Mi recuerdo de sus clases es vívido y está lleno de alegría. Ella ha permanecido en mi corazón por su bondad y enseñanza. Un modelo maravilloso que marcó la diferencia en mi vida...

Amor, simpatía y los mejores deseos para la Comunidad...

En septiembre de 2013, a la edad de 95 años, se trasladó a Villa María. Le gustaba especialmente participar en los ejercicios religiosos de la Villa. Su vida de oración era muy importante para ella y valoraba sobre todo la misa. Durante las últimas semanas de su vida se fue debilitando poco a poco, durmiendo la mayor parte del tiempo y esperando la llamada del Señor para la casa del Padre. Habiendo recibido la extremaunción y las bendiciones del Padre Jim, falleció en paz a las 4.00 am del 28 de julio. Estaba lista para ir a reunirse con toda su querida familia. Una semana antes de la muerte de la Hna. Alexius, su deseo se cumplió cuando su sobrina, Anne - con Martin y su hijo - vino a verla y le dio una gran alegría.

Que descanse en paz.

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