Desconocidas y Casi Ocultas

(Ocultas y como escondidas en el mundo)

María estaba presente en la Iglesia naciente, pero su presencia era silenciosa y discreta. Vivimos nuestra misión mediante la integración de la oración y la acción. Atentas a los más necesitados, dejamos a un lado nuestros propios intereses para servir al pueblo de Dios con alegría, amor y compasión.

Abiertas al Espíritu y atentas a los signos de los tiempos, tendemos la mano a los demás y actuamos como María, aceptando que nuestros esfuerzos puedan quedar ocultos y, por así decirlo, desconocidos para los demás. Vivir así no es esconderse de la vida, sino comprometerse plenamente en ella de forma sencilla, amable y humilde. En su forma de trabajar con la gente, las maristas intentan no llamar la atención sobre sí mismas..